Mujeres de nuestra Historia. Textos para una pedagogía no sexista y emancipatoria.

«Los derechos de las mujeres», de Graciela Cabal y Sergio Kern; «Mujeres de la Historia, un tesoro en la memoria», de Graciela Rendón y «Mujeres», de Eduardo Galeano son tres fuentes bibliográficas valiosas para quienes intentamos llevar adelante una labor pedagógica crítica, no sexista y emancipatoria. La educación entendida como práctica de la libertad – esa búsqueda a la que nos impulsó Paulo Freire- nos convoca a recuperarla y recrearla permanentemente. En la utopía y en la cotidianeidad, en lo institucional y en lo subjetivo. Nos llama a hacer crítica en el discurso y en la práctica contra las desigualdades y  la enajenación, entre ellas, las que hacen blanco en las mujeres y en las diferencias respecto del modelo dominante, patriarcal y androcéntrico (1). Es el llamado a pensar qué legamos a las nuevas generaciones, qué mundo/s transmitimos y qué interrogantes sembramos con las niñas, los niños y lxs jóvenes, hacia quienes nos compromete la obligación indelegable de educar para su ejercicio pleno de derechos. Y más. Como se ha planteado en anteriores posteos, el desafío sigue siendo deconstruir esos relatos hegemónicos y cuestionar los estereotipos para transformar lo que parece dado, para seguir librando batallas emancipatorias por una sociedad mejor. 

En estos posteos anteriores pueden encontrar bibliografía complementaria:

https://udlerlorena.wordpress.com/2015/05/09/el-mundo-al-reves-desandando-estereotipos/

https://udlerlorena.wordpress.com/2013/06/02/desprincesacion-una-mirada-desde-la-literatura-y-la-educacion-sexual-integral/

https://udlerlorena.wordpress.com/2014/03/16/desprincesar-2-cenicienta-de-roald-dahl-nuevas-princesas-disney-y-otras-que-no-quieren-ser-rosas/

https://udlerlorena.wordpress.com/2013/05/07/literatura-y-esi/

https://udlerlorena.wordpress.com/2013/03/15/el-trompo-de-palo-santo-de-gustavo-roldan-literatura-no-sexista-y-una-propuesta-de-abordaje-en-el-primer-ciclo/

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Encuentro de la memoria, no sólo de las opresiones, sino también de las resistencias. 

En la entrada de hoy, nos vamos a dedicar a rescatar un libro editado hace más de veinte años y a otros títulos que colocan en el centro el papel de las mujeres como protagonistas de la vida social e histórica. Indudablemente, otra de las tareas que tenemos por delante es la de visibilizar a las mujeres en la Historia, a pesar de que en los relatos de ésta y, consecuentemente, con el rol atribuído, hemos aparecido en las sombras y a la sombra, en la subordinación, la secundariedad o directamente, a través de la ausencia. La Historia ha sido durante mucho tiempo, un asunto de varones. Ellos la han escrito y protagonizado. Hoy vamos a tratar de plantear interrogantes sobre esta cuestión y contradecir lo hasta ahora parecía obvio en la Historia oficial, a partir de algunos recursos para compartir con las chicas y los chicos. A continuación los textos y algunos enlaces relacionados. 

1) «Los derechos de las mujeres», Graciela Beatriz Cabal, ilustraciones de Sergio Kern; N° 16 de la Colección «Entender y participar. Para chicos que quieren saber de qué se trata»; Libros del Quirquincho, Buenos Aires, 1991. (2) 

Es parte de una colección muy valiosa y novedosa en el momento de su lanzamiento, ideada y dirigida por Graciela Montes. Como otras colecciones, dio cuenta durante la vuelta a la democracia, de la irrupción de una nueva camada de autores de literatura infantil y juvenil comprometidos con una concepción diferente, que valora a los niños y niñas como sujetos de derecho. Aunque no ha vuelto a editarse, puede encontrarse en las bibliotecas públicas y escolares.

Es un material muy adecuado para trabajar con los niños y niñas desde el nivel Inicial, por supuesto en toda la Primaria, ya sea a partir de sus textos como de sus imágenes tan elocuentes y ricas. No obstante el tiempo transcurrido desde su edición, la mayor parte del contenido tiene plena vigencia.

Este número se dedica a una reflexión sobre el rol social de las mujeres, incluyendo una historización y la lucha por la conquista de derechos. Aquí algunos fragmentos y viñetas de Graciela Cabal y Sergio Kern:

 

 

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Se puede trabajar a partir de estos puntos de partida:

  • ¿Qué observan en las viñetas?

  • ¿Esto sucede en tu casa/en la casa de alguien que conozcas?

  • ¿Te identificás con lo que dice el texto o no? ¿Por qué?

  • ¿Te identificás con alguna de las escenas?

  • ¿Qué opinás?

  • Se puede hacer un listado de las tareas que hacen las mujeres y los varones en la casa, en el trabajo, etc, individualmente y/o por grupo. Luego comparar. Sacar conclusiones.

  • ¿Cuáles serían las «cosas de mujeres»? ¿Ésto cambio a lo largo de la historia? Investigar…

  • ¿Cómo aparece la mujer en los medios de comunicación?

  • Averiguar sobre las biografías de las mujeres mencionadas: Cecilia Grierson, Alicia Moreau, Julieta Lanteri…

 

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El destino trágico de las mujeres, de carácter inmutable durante siglos. «Muchas mujeres aceptaban esta situación como algo natural. Otras se desesperaban y se escondían a llorar. «

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Las mujeres salieron a trabajar fuera de sus casas

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«Pero otras se rebelaron. Y pelearon por lo que a ellas les parecía justo. Y para pelear mejor, se juntaron con otras mujeres. Gracias a esas mujeres que pelearon por sus derechos, las cosas empezaron a cambiar. Muy lentamente, muy de a poquito, las cosas fueron cambiando.»

En este post anterior pueden ampliar:

https://udlerlorena.wordpress.com/2015/03/08/8-de-marzo-dia-internacional-de-la-mujer-algunos-recursos-para-pensar-junts-en-la-escuela/

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El estereotipo dominante sobre lo femenino a través de los medios de comunicación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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«Muchas de las diferencias inventadas tienen que ver con la forma en la que se educa a los chicos y a las chicas»

Alicia Moreau 

«Durante cientos de años, las mujeres casadas no tenían derecho a estudiar ni a administrar sus bienes personales. Fue necesaria la lucha de muchas de ellas para que esta situación se modificara. Alicia Moreau fue la primera mujer que ocupó un cargo político en la Argentina y cambió, junto a otras luchadoras, el curso de esta historia.»

Cecilia Grierson en «Se dice de mí», Canal Encuentro:

Julieta Lanteri en «Efemérides Marzo de 1920», Canal Encuentro :

Su biografía en «Bio.ar», Canal Encuentro:

«Cecilia Grierson, Julieta Lanteri, Alicia Moreu o Carolina Muzzilli son algunas de las mujeres que se agruparon para luchar por la igualdad de género. Un repaso por la historia de la alianzas políticas femeninas». Las agrupaciones femeninas en «Se dice de mí», Canal Encuentro:

Una canción de María Elena Walsh, retrato y testimonio. Y sus versos

«Quien no fue mujer/ ni trabajador/ piensa que el de ayer/ fue un tiempo mejor» 

2) «Mujeres de la Historia: un tesoro de la memoria», de Graciela Rendón; edición literaria a cargo de Luciana Murzi, ilustrado por María Abásolo.

Ediciones Abran Cancha, Buenos Aires, 2015. (3) 

La obra está basada en los relatos que hace Graciela Rendón sobre las vidas de siete mujeres de la Historia. Cada uno de estos textos literarios está acompañado por otro biográfico, de tono informativo y por bellas ilustraciones. La autora dice sobre esta edición que “la obra es un proyecto de la editorial Abran Cancha, para poder presentar hechos de la historia pensado en adolescentes, y salirse del documento, con mujeres que nos dejaron su huella desde la cotidianeidad”.

El contenido poético e histórico de los relatos de estas mujeres valientes nos invita a su lectura y a compartirla. Celebramos esta edición.

“Caminar la memoria de la Historia es siempre un vértigo: hay que ir para atrás, para adelante, quedarse en el lugar, mirar de una manera y también de muchas otras. En este libro, Graciela Rendón nos presta sus ojos y nos deja mirar a través de ellos las vidas de siete mujeres que no abandonaron jamás sus ideales y por eso se convirtieron en protagonistas de la historia. Seguiremos las huellas de sus pensamientos y sus emociones, su valentía y su miedo, sus voces y sus silencios. Y así conoceremos a Rigoberta Menchú, Azucena Villaflor, Eva Duarte de Perón, Mariquita Sánchez de Thompson, La Delfina, Juana Azurduy y Lucy: siete ejemplos de incansable búsqueda de libertad y justicia”

(Nota de contrapa)

 

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«Rendón narra, de manera potente y poética, situaciones límite de la vida de las mujeres en las que solo queda el dolor, la indignación, el deseo, la convicción, la necesidad de sobrevivir, de ser, que las impulsan a elegir un camino que cambiará la historia (la propia y la de todos) (…) 

Frente a las reescrituras nostálgicas del pasado, tan abundantes en la literatura para niños y jóvenes, los relatos de Mujeres de la Historia se asientan en una visión del pasado no lineal, compleja y, sobre todo, no conciliadora con los narradores del patriarcado, que escribieron/escriben la historia oficial.Mujeres de la Historia G. rendón

Estas mujeres intervienen en el espacio público cuestionando las relaciones de poder establecidas. Rompen con el “deber ser” de la femineidad de su época, es decir, con los roles de género impuestos para elegir sus formas de ser, de crear, de amar, de disfrutar.

En la radical desigualdad de los tránsitos por las infancias/juventudes de las protagonistas -no es lo mismo ser mujer, aborigen, pobre, hija ilegítima, niña mimada de la alta sociedad porteña, la primera mujer/homínida en la Tierra-, lo que se repite y permanece es la conciencia de la necesidad de lucha para ser (…)»

Brenda Sánchez, «Mujer bonita es la que lucha», en http://www.mdzol.com.

Artículo completo en http://www.mdzol.com/nota/602883-mujer-bonita-es-la-que-lucha/

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La Delfina, una princesa guaraní

3) «Mujeres», de Eduardo Galeano, Siglo XXI de España Editores, 2015.

Se trata de la obra póstuma del autor, que recopila textos suyos que provienen de «Días y noches de amor y de guerra», «El libro de los abrazos», «Las palabras andantes», la trilogía «Memoria del fuego», «Espejos» y «Los hijos de los días». El eje que los agrupa es el relato sobre mujeres de distintas épocas y lugares, sus huellas, sus luchas, su opresión y sus conquistas, a través de la mirada de un hombre involucrado también en esas batallas. Sus textos, de carácter breve y singular -oscilan entre lo poético y lo ensayístico- y el compromiso político que denotan, se han constituído en una influencia fundamental en vastas generaciones de latinoamericanas/os, desde la emblemática «Las venas abiertas de América Latina» publicada en los 70′ hasta ahora. Su obra marca un legado potente y sensible.

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Este mismo libro tiene un antecedente en una edición de bolsillo de 1995, por Alianza. Allí me encontré con textos que adoro como lectora y que también pude trabajar como recursos en la escuela con mis alumnas y alumnos de aquel momento. Buscaba textos para abordar el 24 de Marzo – cuando aún no era un feriado ni una conmemoración oficial y sólo pocas/os maestras/os lo tratábamos- y dí con la historia de Tamara Arze, una nieta recuperada. Era parte de este libro y de «Memoria del fuego III: El siglo del viento». Recuerdo la emoción de los chicos y las chicas de 5to. grado y las ganas de leerlo una y otra vez:

1983, Lima. Tamara vuela dos veces

Hacia 1983, en Lima, alguien que voló dos veces.

Tamara Arze, que desapareció al año y medio de edad, no fue a parar a manos militares. Está en un pueblo suburbano, en casa de la buena gente que la recogió cuando quedó tirada por ahí. A pedido de la madre, Las Abuelas de Plaza de Mayo emprendieron la búsqueda. Contaban con unas pocas pistas y al cabo de un largo y complicado rastreo, la han encontrado.

Cada mañana Tamara vende querosén en un carro tirado por un caballo, pero no se queja de su suerte; y al principio no quiere ni oír hablar de su madre verdadera. Muy de a poco Las Abuelas le van explicando que ella es hija de Rosa, una obrera boliviana que jamás la abandonó. Que una noche su madre fue capturada a la salida de la fábrica, en Buenos Aires…

Rosa fue torturada, bajo control de un médico que mandaba parar, y violada, y fusilada con balas de fogueo. Pasó ocho años presa, sin proceso ni explicaciones, hasta que el año pasado la expulsaron de la Argentina. Y ahora, en el aeropuerto de Lima, espera. Por encima de los Andes, su hija Tamara viene volando hacia ella.

Tamara viaja acompañada por dos de las abuelas que la encontraron. Devora todo lo que le sirven en el avión, sin dejar una miga de pan ni un grano de azúcar.

Y en Lima, Rosa y Tamara se descubren. Se miran al espejo, juntas, y son idénticas: los mismos ojos, la misma boca, los mismos lunares en los mismos lugares. Cuando llega la noche, Rosa baña a su hija. Y al acostarla le siente un olor lechoso, dulzón; y vuelve a bañarla. Y otra vez la baña y por más jabón que le mete, no hay manera de quitarle ese olor. Es un olor raro…

Y de pronto, Rosa recuerda. Éste es el olor de los bebitos cuando acaban de mamar. Tamara tiene diez años… y esta noche huele a recién nacida.

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También dí con otro texto primordial, tantas veces leído y narrado que se hizo memoria en todxs nosotrxs:

1976, en una cárcel del Uruguay: Pájaros prohibidos

Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
– ¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
– Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
– Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.

A continuación, enlaces y textos sobre algunas mujeres de nuestra Historia:

Azucena Villaflor

1977, Buenos Aires, Madres de Plaza de Mayo

Las madres de Plaza de Mayo, mujeres paridas por sus hijos, son el coro griego de esta tragedia. Enarbolando las fotos de sus desaparecidos, dan vueltas y vueltas a la pirámide, ante la rosada casa de gobierno, con la misma obstinación con que peregrinan por cuarteles y comisarías y sacristías, secas de tanto llorar, desesperadas de tanto esperar a los que estaban y ya no están, o quizás siguen estando, o quién sabe:

–Me despierto y siento que está vivo –dice una, dicen todas–. Me voy desinflando mientras pasa la mañana. Se me muere al mediodía. Resucita en la tarde. Entonces vuelvo a creer que llegará y pongo un plato para él en la mesa, pero se vuelve a morir y a la noche me caigo dormida sin esperanza. Me despierto y siento que está vivo…
Las llaman locas. Normalmente no se habla de ellas. Normalizada la situación, el dólar está barato y cierta gente también. Los poetas locos van al muere y los poetas normales besan la espada y cometen elogios y silencios. Con toda normalidad el ministro de Economía caza leones y jirafas en la selva africana y los generales cazan obreros en los suburbios de Buenos Aires. Nuevas normas de lenguaje obligan a llamar Proceso de Reorganización Nacional a la dictadura militar.

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Un beso abrió las puertas del infierno

Fue la señal, como la traición contada en los evangelios: —A la que yo dé un beso, ésa es.
Y a fines de 1977, en Buenos Aires, el Ángel Rubio besó, una tras otra, a Esther Balestrino, María Ponce y Azucena Villaflor, fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, y a las monjas Alice Domon y Léonie Duquet.
Y se las tragó la tierra. El ministro del Interior de la dictadura militar negó que las madres estuvieran presas y dijo que las monjas se habían ido a México, a ejercer la prostitución.
Después se supo que todas, madres y monjas, habían sido torturadas y arrojadas vivas al mar desde un avión.
Y el Ángel Rubio fue reconocido. A pesar de la barba y de la gorra, fue reconocido, cuando los diarios publicaron la foto del capitán Alfredo Astiz firmando, cabizbajo, la rendición ante los ingleses.
Era el fin de la guerra de las Malvinas, y él no había disparado ni un tiro.
Estaba especializado en otros heroísmos.

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Azucena Villaflor

Abril 30

Esta tarde del año 1977, se reunieron por primera vez catorce madres de hijos desaparecidos.

Desde entonces, buscaron juntas, juntas golpearon las puertas que no se abrían:

Todas por todas —decían.

Y decían:

Todos son nuestros hijos.

Miles y miles de hijos habían sido devorados por la dictadura militar argentina y más de quinientos niños habían sido repartidos como botín de guerra, y ni una palabra decían los diarios, las radios, ni los canales de televisión.

Unos meses después de la primera reunión, tres de aquellas madres, Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Eugenia Ponce, desaparecieron también, como sus hijos, y como ellos fueron torturadas y asesinadas.

Pero ya era imparable la ronda de los jueves. Los pañuelos blancos daban vueltas y más vueltas a la Plaza de Mayo, y al mapa del mundo.

juana azurduy

Juana Azurduy

Juana Azurduy

Algunos datos biográficos de Juana Azurduy

La lucha de las mujeres fue fundamental en la guerra gaucha. No solamente eran excelentes espías sino que algunas de ellas, como doña Juana Azurduy de Padilla, comandaban tropas en las vanguardias de las fuerzas patriotas. Esta maravillosa mujer había nacido en Chuquisaca el 8 de marzo de 1781, mientras estallaba y se expandía la rebelión de Túpac Amaru. El amor la llevó a unir su vida a la del comandante Manuel Asencio Padilla. (…) Los Padilla lo perdieron todo, su casa, su tierra y sus hijos en medio de la lucha. No tenían nada más que su dignidad, su coraje y la firme voluntad revolucionaria. Por eso, cuando estaban en la más absoluta miseria y un jefe español intentó sobornar a su marido, Juana le contestó enfurecida: «La propuesta de dinero y otros intereses solo debería hacerse a los infames que pelean por su esclavitud, mas no a los que defendían su dulce libertad, como él lo haría a sangre y fuego». Juana fue una estrecha colaboradora de Güemes y por su coraje fue investida del grado de teniente coronel con el uso de uniforme, según un decreto firmado por el director supremo Pueyrredón el 13 de agosto de 1816 y que hizo efectivo el general Belgrano al entregarle el sable correspondiente.Tres meses después, en la batalla de Viloma fue herida por los realistas. Su marido acudió en su rescate y logró liberarla, pero a costa de ser herido de muerte. Era el 14 de noviembre de 1816. Juana se quedaba sin su compañero y el Alto Perú sin uno de sus jefes más valientes y brillantes.

Pigna, Felipe. Los mitos de la historia argentina, 2. Buenos Aires, Planeta, 2005. En: El historiador.

 1816, Tarabuco: Juana Azurduy

Instruida en catecismos,nacida para monja de convento en Chuquisaca,es teniente coronel de los ejércitos guerrilleros de la independencia.De sus cuatro hijos sólo vive el que fue parido en plena batalla,entre truenos de caballos y cañones;y la cabeza del marido está clavada en lo alto de una pica española.

Juana cabalga en las montañas, al frente de los hombres.Su chal celeste flamea a los vientos.Un puño estruja las riendas y el otro parte cuellos con la espada.

Todo lo que come se convierte en valentía.Los indios no la llaman Juana.La llaman Pachamama,la llaman Tierra.

Eduardo Galeano,

en «Memoria del Fuego. 2. Las caras y las máscaras», Siglo Veintiuno Editores.

Juana Azurduy, recursos para trabajar en el aula: https://www.educ.ar/recursos/14736/juana-azurduy-revolucionaria-del-alto-peru

1935, Buenos Aires: Evita

Parece una flaquita del montón, paliducha, desteñida, ni fea ni linda, que usa ropa de segunda mano y repite sin chistar las rutinas de la pobreza. Como todas vive prendida a los novelones de la radio, los domingos va al cine y sueña con ser Norma Shearer y todas las tardecitas, en la estación del pueblo, mira pasar el tren hacia Buenos Aires. Pero Eva Duarte está harta. Ha cumplido quince años y está harta: trepa al tren y se larga.
Esta chiquilina no tiene nada. No tiene padre ni dinero; no es dueña de ninguna cosa. Ni siquiera tiene una memoria que la ayude.
Desde que nació en el pueblo de Los Toldos, hija de madre soltera, fue condenada a la humillación, y ahora es una nadie entre los miles de nadies que los trenes vuelcan cada día sobre Buenos Aires, multitud de provincianos de pelo chuzo y piel morena, obreros y sirvientas que entran en la boca de la ciudad y son por ella devorados: durante la semana Buenos Aires los mastica y los domingos escupe los pedazos.

Eduardo Galeano, en «Memoria del fuego. 3. El siglo del viento». Recopilado en «Mujeres».

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Evita, la amada de los malqueridos

«¡Viva el cáncer!, escribió alguna mano enemiga en un muro de Buenos Aires. La odiaban, la odian los biencomidos: por pobre, por mujer, por insolente. Ella los desafía hablando y los ofendía viviendo. Nacida para sirvienta, o a lo sumo para actriz de melodramas baratos. Evita se había salido de su lugar. La querían, la quieren los malqueridos; por su boca ellos decían y maldecían. Además Evita era el hada rubia que abrazaba al leproso y al haraposo y daba paz al desesperado, el incesante manantial que prodigaba empleos y colchones, zapatos y máquinas de coser, dentaduras postizas, ajuares de novia. Los míseros recibían estas caridades desde al lado, no desde arriba, aunque Evita luciera joyas despampanantes y en pleno verano ostentara abrigos de visón. No es que le perdonaran el lujo: se lo celebraban. No se sentía el pueblo humillado sino vengado por sus atavíos de reina. Ante el cuerpo de Evita, rodeado de claveles blancos desfila el pueblo llorando. Día tras día, noche tras noche, la hilera de antorchas: una caravana de dos semanas de largo. Suspiran aliviados los usureros, los mercaderes, los señores de la tierra. Muerta Evita, el presidente Perón es un cuchillo sin filo.»

Eduardo Galeano, en «Mujeres».

 

(1) «Sería una manera de pensar una pedagogía de los oprimidos, oprimidas, de lxs ofendidxs de diversas maneras por la cultura capitalista, patriarcal, racista,homofóbica, imperialista, violeta; una pedagogía que nos permita volvernos sujetos de nuestra propia marcha, de su rumbo, de la renovación de sus metas y de las formas y ritmos que elegimos para caminar.» Claudia Korol en «La educación como práctica de la libertad. Nuevas lecturas posibles», de la compilación «Hacia una pedagogía feminista. Géneros y educación popular». El Colectivo, América Libre; Buenos Aires, 2007.

(2) Graciela Beatriz Cabal (Buenos Aires, 1939-2004) es una figura clave en la literatura infantil y juvenil de la Argentina del siglo XX. Escritora valiente a la hora de elegir temas, su estilo narrativo se apoya en la lengua coloquial del habla rioplatense, sin por ello perder universalidad.

http://www.cervantesvirtual.com/portales/graciela_cabal/

(3) Graciela Rendón nació el 11 de junio de 1955 en Buenos Aires. Hizo sus estudios primarios, secundarios y el profesorado para la enseñanza primaria. Siempre fue maestra rural y vive en Neuquén desde 1980. Rendón escribió cuentos que fueron premiados en el Concurso del Encuentro de Escritores de Puerto Madryn en el año 1989.

Graciela Rendón

Participó del Concurso de Abuelas de Plaza de Mayo 30 años de Lucha, Identidad, de las huellas a la palabra y el premio fue estar en la antología. En la Universidad Nacional del Comahue se hizo un estudio de los micro textos de la autora y fueron seleccionados para una antología que hará la Universidad: “Los umbrales imposibles (de la Patagonia al Caribe anglófono, muestra crítica de textos)”, coordinado por Laura Pollastri.

En 2008 Rendón participó del concurso “Los jóvenes de Mercosur” de esa misma editorial y obtuvo una Mención de Honor, con la novela “La marca en la tierra”. Dicha novela fue seleccionada junto a otros libros por Alija en la bibliografía que recomienda para las escuelas.

En 2012 Rendón publicó “De agua somos” un libro de poesía para niños y niñas, de editorial Abran Cancha. El libro trata sobre la defensa del agua en territorios de pueblos originarios contada desde el punto de vista de los bichitos que circulan en los humedales.

Acerca de habíaunaveztruz

Me llamo Lorena Udler. Nací, me crié y trabajé casi siempre en Rosario, Argentina. Soy docente en la escuela primaria pública, trabajé muchos años como maestra de grado, directora y ahora como supervisora. Me gusta leer y escribir desde niña. Mi familia me trasmitió el gusto por los libros, las bibliotecas y el cine. Cuando empecé a trabajar como maestra, aprendí mucho con mis alumnos y alumnas sobre nuevos textos y otras maneras de crearlos, inventarlos y jugar con ellos. Gracias a lxs chicxs mi interés por la literatura aumentó y conocí más autores de la llamada “infantil y juvenil”. Todo esto me entusiasmó y me llevó a estudiar el postítulo de Literatura Infantil de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. La divulgación y la generación de espacios de promoción de lectura es uno de los motores principales de mi trabajo y en este blog. También me gusta mucho cantar y, por esa razón, he incursionado en la interpretación de música popular hace unos años. Todas las expresiones del arte embellecen mi vida. El cine y la plástica también son parte de mi pequeño universo. Así como la idea de que esta belleza necesita de justicia e igualdad de acceso para todxs es uno de los nortes de mi estar y mi hacer.

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