«Nuevo año» Patricia Faur
«Me gusta saludar por lo que empieza más que por lo que termina. Me gusta más la esperanza que la melancolía. Me gustan más los proyectos que los fracasos. Me gusta pensar que adelante hay más vida.Lo decimos todos los años: diciembre no es un mes fácil. Corridas, angustias, excesos, conflictos de lealtad, los que no están, los que están solos, los que están con alguien, pero mal, los que deben estar con quien no quieren estar. Y algunos, más sobrios, más frugales, que entendieron por dónde va la cosa: por no forzar lo que no sale, por no imponerse una felicidad que, en ocasiones, no se siente, por entender que no se juega el amor de las personas queridas porque no puedan levantar con vos la copa el 31 a las 12. Pensemos más bien en comienzos, en cuaderno nuevo, en ropa a estrenar, en sacarnos de encima lo que ya no sirve, lo que ocupa espacio inútil. El mundo cambia rápido, a veces tanto que no llegamos a comprenderlo. Pero es una buena oportunidad para ir cambiando junto con los demás. Para juntarnos a pensar, a hacer, sentir, dar, amar. Para rebelarnos contra lo injusto, para ser un poco más libres, para ganar más consideración por los demás, para respetar y ser más inclusivos, más solidarios, para abrir la cabeza y pensar distinto. Mirá cuántas cosas podemos hacer juntos. El mundo está cambiando, sí. No te preguntes si es para mejor o no. No pasa por afuera, vos sos parte y serán los cambios de los que participes. Serán los amores y las relaciones que quieras construir, los amigos que elijas, las causas en las que milites , los tiempos que decidas tomarte para vos. No camines rápido, no vas a aprovechar más el tiempo, al revés, se pasará sin que lo veas. Así que en estos días , cuando todos corran al supermercado y a los centros comerciales, andá al parque, caminá lento, mirá el cielo, escuchá los pájaros, observá a los demás. Y dale la bienvenida a lo nuevo. Estás de estreno. Siempre.»
El texto recibió el nombre de «Feliz año».
El arte de ilustración es de Pinterest, sin indicación de autoría.
Sobre el texto, fue atribuido inicialmente a Eduardo Galeano, en algunas redes sociales.
Algunas lectoras nos acercaron la información que está confirmada, su autora es Patricia Faur, psicóloga y escritora ¡Muchas gracias a quienes nos proporcionaron la data!
Bellísima reflexión para compartir con chicos «grandecitos» hasta los 104 años 😉
Hola, te comento que este texto está circulando como si fuera de Eduardo Galeano. ¿Podrías confirmarme la fuente? Es solo por curiosidad, porque me llegó y me pareció que el texto no podía ser de Galeano y lo encontré en tu blog como perteneciente a Patricia Faur. Saludos
Hola Silvia. Tarde pero seguro! La autora es Patricia Faur y lo confirmé con seguidoras/es de su trabajo que me lo comunicaron a a partir de lo que me contacté con ella. Circula con la autoría del gran Eduardo Galeano pero es erróneo. Saludos!